Este fin de semana tuve la oportunidad de ver el largometraje Rampage del impredecible director alemán Uwe Boll. Ya había leído buenas reseñas y no me sorprendió ver una entretenida y políticamente incorrecta pieza de buen cine. Pero al día siguiente todos los noticieros del mundo dieron la noticia de un nuevo tiroteo en U.S.A., esta vez en un acto político en Tucson, Arizona. Hay muchos hechos coincidentes entre Rampage y este incidente, pero no voy a caer en la tentación de comparar una película con hechos de la realidad, lo que sería algo típico de Crónica TV u otro medio amarillista. Pero si voy a mencionar la pertinencia de Rampage en su breve, violenta y sanguinaria visión de nuestros tiempos y su casi perfecta descripción del momento político de la nación del norte. Esta película pretende ser un buen entretenimiento y lo logra la mayor parte del tiempo, con alguna que otra escena de humor negro y mucha acción. Rampage no se estrenó en Uruguay, pero con lo que pasó en Tucson capaz que alguno se aviva y la vemos en los videoclubes.
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